No más
promesas que no vayas a cumplir.
No más veces
un “siempre te amaré”.
Porque el
tiempo es muy largo y
los
sentimientos tienden a perecer.
Prométeme un
mañana vivo,
y un hoy, dulce
y sentido.
Promete por las
noches las caricias
y besos menos
permitidos.
Pero no jures
para siempre.
No jures por
amor.
Los
sentimientos van y vienen
y de ese viaje
sólo nace dolor.
Pero jura por
la noche
que mañana al
despertar,
lo primero que
nuestros ojos hagan
es volverse a
encontrar.
Un sueño puede
ser profundo,
un sentimiento
fuerte,
una vida larga
y plena
pero el amor es
pura suerte.
Suerte por
encontrarte.
Suerte por
mantenerte.
Suerte por
vivirlo contigo
y cada día
conocerte.